Érase una vez un mundo que programaba, que diseñaba, que soñaba, que buceaba en el futuro… Y un pequeño virus, imperceptible a su mirada, difuminó en un momento todos sus esquemas, todos sus horizontes, todos sus sueños… Y
ese viejo mundo se detuvo, herido, ante las alas del viento, colgando en los sauces de la Esperanza sus cítaras dormidas… Las hijas de Teresa de Jesús viven en ese mundo, y a ellas también este virus les frenó sus proyectos. Lo que no pudo ser en Loyola, tan magníficamente rogramado por nuestra hna. Patricia y su Consejo, se ha hecho realidad en pleno corazón de Castilla, al calor del mes de julio, tan nuestro, por tan mariano…